CONCEPTO
El
trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es un tipo de trastorno de ansiedad. Las
personas con TOC, tienen pensamientos repetidos y angustiantes denominados
obsesiones. Con el fin de intentar controlar estas obsesiones, las personas
sienten una necesidad imperiosa de realizar rituales o comportamientos,
llamados compulsiones. Algunos ejemplos de obsesiones son el miedo a
los gérmenes o el miedo a lastimarse. Entre las compulsiones se incluye lavarse
las manos, contar, revisar una y otra vez las cosas o limpiar. Estas obsesiones
y compulsiones interfieren en las actividades diarias y causan mucha angustia.
Causas
No se comprende completamente
la causa del trastorno obsesivo compulsivo. Entre las principales teorías, se
encuentran las siguientes:
Biología.
El TOC puede ser resultado de cambios en la química natural de tu cuerpo o las
funciones cerebrales.
Genética.
El TOC puede tener un componente genético, pero aún no se han identificado
genes específicos.
Entorno.
Se sugiere que algunos factores del entorno, tales como infecciones, pueden
desencadenar TOC, pero deben realizarse más investigaciones.
Existen factores sociales que
pueden favorecer la aparición del trastorno:
Existencia
de una personalidad perfeccionista y con una elevada exigencia en uno mismo.
Haber recibido
sobreprotección por parte de los padres.
Tendencia
a percibir peligros y amenazas exteriores.
Factores psicológicos: tendencia
a ser una persona controladora.
Abuso físico o sexual
Consecuencias
Las consecuencias más
probables a largo plazo están relacionadas con la naturaleza de las obsesiones
o compulsiones. Por ejemplo, el lavado constante de las manos puede causar
ruptura de la piel; este trastorno no progresa a otra enfermedad.
Las consecuencias no sólo son
la necesidad de realizar los actos compulsivos, sino la presencia de elevados
niveles de ansiedad, y otras emociones negativas como culpa, miedo, y en
ocasiones depresión.
Todas
estas emociones negativas que genera este trastorno, son una consecuencia
directa de los pensamientos obsesivos, y de las implicaciones vitales que
muchas veces conlleva sufrir este problema. En algunos casos, el Trastorno
Obsesivo Compulsivo es el foco de atención de una persona, la mayoría de
pensamientos, y de la atención mental, están enfocados en el hecho de padecer
este problema. Hay veces en que el paciente siente que su problema no tiene
solución, que pierde el rumbo de su vida, y en ocasiones incluso puede
incapacitar a algunas personas para realizar un trabajo
¿Cuáles son las señales y los síntomas del trastorno obsesivo-compulsivo?
Las personas con trastorno obsesivo-compulsivo pueden tener obsesiones, compulsiones o ambas cosas. Algunas personas con este trastorno también tienen un trastorno de tics. Los tics motores son movimientos repentinos, breves y repetitivos, como parpadear excesivamente, hacer muecas faciales, encoger los hombros o sacudir la cabeza o los hombros. Entre los tics vocales más comunes están carraspear la garganta, olfatear fuertemente o hacer ruidos como gruñidos.
Las obsesiones pueden incluir:
- Tener miedo a los gérmenes o a contaminarse
- Tener ansiedad de perder o extraviar algo
- Preocuparse de que alguna cosa mala le ocurre a sí mismo u a otros
- Tener pensamientos no deseados y tabúes sobre el sexo, la religión u otras cosas
- Mantener las cosas simétricas o en orden perfecto
Las compulsiones pueden incluir:
- Limpiar o lavar excesivamente una parte del cuerpo
- Mantener o almacenar objetos innecesarios
- Ordenar o arreglar las cosas de una manera particular y precisa
- Comprobar repetidamente las cosas, como asegurarse de que la puerta esté cerrada o que el horno esté apagado
- Contar repetidamente las cosas
- Querer ser tranquilizado constantemente
¿Qué causa el trastorno obsesivo-compulsivo?
El trastorno obsesivo-compulsivo puede tener un componente genético. Aunque hay ocasiones en que varios miembros de la familia lo tienen, nadie sabe a ciencia cierta por qué algunos en la familia lo tienen y otros no. El trastorno obsesivo-compulsivo suele comenzar en la adolescencia o a principios de la edad adulta. Tiende a aparecer a una edad más temprana en los niños que en las niñas. Los investigadores han encontrado que varias partes del cerebro, así como ciertos procesos biológicos, desempeñan un papel clave en los pensamientos obsesivos y el comportamiento compulsivo, así como en el miedo y la ansiedad relacionados. Los investigadores también saben que las personas que han sufrido traumas físicos o sexuales tienen mayor riesgo de presentar el trastorno obsesivo-compulsivo.
Después de una infección por estreptococos, a algunos niños se les pueden presentar los síntomas del trastorno obsesivo-compulsivo de manera repentina o los síntomas pueden empeorar. Este síndrome post-infeccioso autoinmune se denomina trastorno pediátrico neuropsiquiátrico autoinmune asociado con infecciones estreptocócicas (PANDAS, por sus siglas en inglés).
¿Cómo se trata el trastorno obsesivo-compulsivo?
Primero, hable con su médico o proveedor de atención médica acerca de sus síntomas. Es importante que su médico le haga un examen y le tome su historia clínica para asegurarse de que sus síntomas no sean causados por problema físico. Es posible que su médico le refiere a un especialista en salud mental, como un psiquiatra, psicólogo, trabajador social o consejero para una evaluación adicional o tratamiento.
Por lo general, el trastorno obsesivo-compulsivo se trata con terapia cognitivo-conductual, medicamentos o una combinación de ambos. Pregúntele a su profesional de salud mental cuál es el mejor tratamiento para usted.
Terapia cognitivo-conductual
En general, la terapia cognitivo-conductual enseña diferentes formas de pensar, comportarse y reaccionar ante las obsesiones y compulsiones.
La terapia de exposición y prevención de la respuesta es una forma específica de terapia cognitivo-conductual que ha demostrado que ayuda a muchos pacientes a recuperarse del trastorno obsesivo-compulsivo. La exposición y prevención de la respuesta implica exponerle gradualmente a la persona a sus temores u obsesiones y enseñarle maneras saludables de lidiar con la ansiedad que le ocasionan.
Otras terapias, como la capacitación para la inversión del hábito, también pueden ayudar a superar las compulsiones. En el caso de los niños, los profesionales de la salud mental también pueden identificar estrategias para controlar el estrés y aumentar el apoyo para evitar agravar los síntomas del trastorno obsesivo-compulsivo en la escuela y el hogar. Para más información en inglés sobre la terapia cognitivo-conductual y la terapia de la exposición y prevención de la respuesta,
Medicamentos
Los médicos también pueden recetar diferentes tipos de medicamentos que ayudan a tratar el trastorno obsesivo-compulsivo, incluyendo los inhibidores selectivos de recaptación de serotonina (ISRS) y un tipo de inhibidor de la recaptación de serotonina (IRS) llamado clomipramina.
Los médicos comúnmente usan los ISRS y los IRS para tratar la depresión, pero también son útiles para los síntomas del trastorno obsesivo-compulsivo. Los ISRS y los IRS pueden tomar de 10 a 12 semanas para comenzar a trabajar, es decir, toman más tiempo para obrar que para el tratamiento de la depresión. Estos medicamentos también pueden tener efectos secundarios, como dolores de cabeza, náuseas o dificultad para dormir.
Las personas que toman clomipramina, que es una clase de medicamentos diferente a los ISRS, a veces experimentan sequedad bucal, estreñimiento, latido rápido del corazón, y mareo al pararse. Estos efectos secundarios no suelen ser graves para la mayoría de las personas y mejoran a medida que el tratamiento continúa, especialmente si se comienza con una dosis baja y se la incrementa poco a poco. Hable con su médico acerca de cualquier efecto secundario que tenga. No deje de tomar su medicamento sin antes hablar con su médico. da: “medications”).
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